17 dic 2010




nunca pude cantar de un tirón...


Durante varios años viajé con mi padre, la cosa más común en mi vida era la carretera. Cada sábado en su valiant rojo 65 recorrimos las pequeñas ciudades Michoacán así como sus pueblos. Nunca fui a la Huacana, pero sí a Zamora, la Piedad, Uruapan, Patzcuaro, la puerta de Jaripitíro, Nahuatzen, y más pueblitos así.

También hicimos viajes largos, hasta los establos unidos varias veces, por la ruta del Pacifico, por la del Golfo, por el centro. Viajar, viajar, en la tarde, en la noche, en la madrugada, durante todo el día, era lo nuestro. Y la verdad me encanta hacerlo, me gusta mucho la carretera, pero ese no es el tema. El tema es que no teníamos miedo, las carreteras estaban francas, a pesar de las cuotas, del sueño, de la lluvia, a pesar la prisa, no había miedo.

Pensar en Morelia sitiada, en carros y autobuses quemados a la entrada de la ciudad, me causa claustrofobia.

También he viajado sola, y pocas cosas son tan bonitas como la luna reflejándose en las lagunas, en las montañas lisas, en el asfalto de la carretera; amo viajar de tarde, cuando esta a punto de oscurecer, ver las formas caprichosas de la luz, en la tierra, sacar la cabeza por las ventanillas y ver nubes y nubes y nubes a todas las velocidades.

No puedo soportar imaginar a mi ciudad sitiada. No quiero imaginar la imposibilidad de salir en estas vacaciones a pasear por mi Estado. Mi esposo va ir a Morelia por quinta vez en su vida, ¿no sería bueno llevarlo el veinticinco al parque nacional de Uruapan, a tomar atole rojo en Charetan, o a inducirlo a comprarme una guitarra buena en Paracho? ¿Por qué no llevarlo hasta Guanajuato en una escapada?

Y ahora no se trata de dinero, de cansancio, de flojera y querer ver una peli mientras se refina el recalentado; se trata de que dos grupos criminales nos impiden el paso, se trata de que nos mandan comunicados para que no salgamos, para que no viajemos, para que vivamos.

¿Cuando suspendieron mis derechos? ¿Cuando deje de ser libre de ir a mi ciudad bajo riesgo de muerte? ¿cuando fue que mi padre perdió el derecho de transitar libremente por todo el país por traer placas de Michoacán?

Tengo muchas ganas de llorar, pero me las banco. De todos modos el veintitres por la noche viajaré con mi esposo a mi ciudad, por las noches caminaré por la Madero, vera al menos lo hermosa que sigue siendo Morelia de día y de noche, y si trata de morir cantando así lo haremos.



3 comentarios:

Horacio Fioriello dijo...

amén, que así sea amiga querida. Una cosa no entendí...dice: "a pesar de mi estado" me podes explicar? es por el estado de Chiapas , de Jalisco o...de que estado hablas amiga?
besos

dèbora hadaza dijo...

a pesar de mi Estado?

no, puse a pasear por mi Estado, mi Estado es michoacan

Horacio Fioriello dijo...

jajaja, tenes razón, es el estado de mis lentes lo que está mal y estas ganas mias de que me cuentes de " tu estado" jajaj michoacanito...!