30 may 2011


Notas:

Hace un rato recordé que me gustan mucho las fuentes, -menos la del salto de agua en el df.-, y recordé que mi momento favorito es cuando las encienden, cuando todavía no sabes la forma que va tomar su cuerpo, justo cuando todo es inicio y borbotónes.

El sábado mi Isaac inició sus clases de alemán, hacía años que no veía una cara así, una cara de cuando se inicia algo, de abrir un libro del que no entiendes nada, de volver a no saber hablar. Aprendí unas cuantas palabras con él y me motivó a memorizar pasajes bíblicos en francés, la idea es volver a desconocer, volver a entender algo ya entendido, en distintos sonidos.


La foto pertenece a "la galería de la venganza más grande", se llama "si las gotas de lluvia fueran de chocolate", el sábado aún no sabía que existía esa canción, no me gusta Barney, me enteré de una forma trágica y dulce a la vez. Siempre pensé que cantar era buen antídoto ante el miedo, y es verdad, aun ante un miedo de muerte.



2 comentarios:

Ánuar Zúñiga Naime dijo...

Que apropiado es que el verdadero valor, el verdadero plantarle cara a la maldad, tenga forma de canción infantil.
Aparte de eso no hay palabras.

dèbora hadaza dijo...

Y tienes tanta razón