ERRAR. ENTRE LA MÚSICA Y LA LITERATURA.
Para Lucía de Montevideo y la Pantera Rosa
Para Lucía de Montevideo y la Pantera Rosa
“[1]El poema es un caracol en donde resuena la música del mundo y metros y rimas no son sino correspondencias, ecos, de la armonía universal”.
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Cuando era niña toda la música que escuché tenía letra (himnos protestantes y cantos pentecostales) nunca pensé que hubiera música que no fuera canción. Sabía, − no de saber sino de sentir − que había letras que perdían todo significado al ser cantadas por las voces de un coro de viejas que se escuchaban como las tazas de cerámica al chocar, y aun era peor cuando se acompañaban con un órgano YAMAHA, suerte de piano plastificado que funcionaba con electricidad − breviario cultural para las nuevas generaciones −. Las letras ¿siempre eran poemas? Mi padre decía que si, y no entiendo como podía hablar de la belleza de tal o cual himno cuando sólo causaba flojera esa lentitud de sueño atrasado, sin inspirar a la adoración o a la sublimidad. Yo no sabía nada de lo sublime, cómo saberlo, era niña, − saberlo de entender no de sentir; ya que la sublimidad es un estado sensible para el cual no es necesario entender sino más bien experimentar − [2]Kant lo explica bien, aunque lo leí mucho después − el vértigo ante abismo, los ojos que se cierran de terror y la fascinación que los abre sin misericordia − y ese sentimiento me lo causaban rara vez los himnos y mucho más la lectura de la Biblia:
Cuando era niña toda la música que escuché tenía letra (himnos protestantes y cantos pentecostales) nunca pensé que hubiera música que no fuera canción. Sabía, − no de saber sino de sentir − que había letras que perdían todo significado al ser cantadas por las voces de un coro de viejas que se escuchaban como las tazas de cerámica al chocar, y aun era peor cuando se acompañaban con un órgano YAMAHA, suerte de piano plastificado que funcionaba con electricidad − breviario cultural para las nuevas generaciones −. Las letras ¿siempre eran poemas? Mi padre decía que si, y no entiendo como podía hablar de la belleza de tal o cual himno cuando sólo causaba flojera esa lentitud de sueño atrasado, sin inspirar a la adoración o a la sublimidad. Yo no sabía nada de lo sublime, cómo saberlo, era niña, − saberlo de entender no de sentir; ya que la sublimidad es un estado sensible para el cual no es necesario entender sino más bien experimentar − [2]Kant lo explica bien, aunque lo leí mucho después − el vértigo ante abismo, los ojos que se cierran de terror y la fascinación que los abre sin misericordia − y ese sentimiento me lo causaban rara vez los himnos y mucho más la lectura de la Biblia:
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[3]“Su gloria cubrió los cielos, Y la tierra se llenó de su alabanza, Y el resplandor fue como la luz, Rayos brillantes salían de su mano, Y allí estaba escondido su poder, Delante de su rostro iba mortandad, Y a sus pies salían carbones encendidos” “Voz de Jehová sobre las aguas; Truena el Dios de gloria, Jehová sobre las aguas. Voz de Jehová con potencia, Voz de Jehová con gloria… Voz de Jehová que derrama llamas de fuego; Voz de Jehová que hace temblar el desierto…”
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Eso si causaba temor, adoración, fascinación; la imaginación era seducida por la imagen causando tanto temor como deseos de contemplar en cada tronar del cielo un rasgo divino. Sublimidad en la poesía profética, en la literatura bíblica, todavía no en la música. La música…
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Escuchar Anagrama, el teatro lleno, la verdad no recuerdo si estaba lleno, − lo de menos es si lo estaba o no, lo de más es que iban a tocar nuestras obras −, de repente una arcada, otra arcada y reconocer lo que había visto escrito antes, no, esa no es la que seguía en el programa, sí, esa yo la conozco, y entonces poner más atención, estar ahí al borde de la silla escuchando, recordando y escuchando, y cada vez recordar menos para escuchar más. La experiencia estética relega a la memoria, desmonta el calco y de repente todo se vuelve mapa; seguir el hilo, cada punto que se prolonga, se disuelve y sí, ahí hay una nueva línea de fuga, línea que se corta entre los trémolos de las cuerdas y las voces de los metales, y la tensión que crece en un flujo de intensidades acumulándose, ahí ese raspar de lámina y el crecer de lo percutido hasta volverse percusión en marcha, de nuevo esa especie de clamores en cresscendo, y otra vez la percusión que se abre camino entre los gritos de los metales, hasta territorializar su pulso y su frenesí, frenesí que se disloca continuamente como la respiración de un asmático, respiración que de pronto cesa. Metales y trémolos otra vez y casi silencio, un silencio engañoso, tenso, más tenso cada vez como el eterno cliché del silencio antes de la tormenta, como el teatro y el comienzo de la obra antes de la muerte de Lincoln. ¿Qué sigue? Ahí en el borde de la silla, ya sin recordar, desnudo el oído, expuesto ante los instrumentos…
Escuchar Anagrama, el teatro lleno, la verdad no recuerdo si estaba lleno, − lo de menos es si lo estaba o no, lo de más es que iban a tocar nuestras obras −, de repente una arcada, otra arcada y reconocer lo que había visto escrito antes, no, esa no es la que seguía en el programa, sí, esa yo la conozco, y entonces poner más atención, estar ahí al borde de la silla escuchando, recordando y escuchando, y cada vez recordar menos para escuchar más. La experiencia estética relega a la memoria, desmonta el calco y de repente todo se vuelve mapa; seguir el hilo, cada punto que se prolonga, se disuelve y sí, ahí hay una nueva línea de fuga, línea que se corta entre los trémolos de las cuerdas y las voces de los metales, y la tensión que crece en un flujo de intensidades acumulándose, ahí ese raspar de lámina y el crecer de lo percutido hasta volverse percusión en marcha, de nuevo esa especie de clamores en cresscendo, y otra vez la percusión que se abre camino entre los gritos de los metales, hasta territorializar su pulso y su frenesí, frenesí que se disloca continuamente como la respiración de un asmático, respiración que de pronto cesa. Metales y trémolos otra vez y casi silencio, un silencio engañoso, tenso, más tenso cada vez como el eterno cliché del silencio antes de la tormenta, como el teatro y el comienzo de la obra antes de la muerte de Lincoln. ¿Qué sigue? Ahí en el borde de la silla, ya sin recordar, desnudo el oído, expuesto ante los instrumentos…
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… [4]“los pasos ya contados de Lincoln al salir hacia el teatro” no es la mejor frase de Paz en Piedra de Sol. Como dije antes, la experiencia estética anula la memoria y a veces la memoria anula la experiencia estética; es cierto, un buen punto de arribo a la memoria colectiva para hablar del asesinato y de la muerte es usar un magnicidio, pero estéticamente no funciona; sin embargo la cosa se compone más adelante:
… [4]“los pasos ya contados de Lincoln al salir hacia el teatro” no es la mejor frase de Paz en Piedra de Sol. Como dije antes, la experiencia estética anula la memoria y a veces la memoria anula la experiencia estética; es cierto, un buen punto de arribo a la memoria colectiva para hablar del asesinato y de la muerte es usar un magnicidio, pero estéticamente no funciona; sin embargo la cosa se compone más adelante:
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“los carajos, los ayes, los silencios
Del criminal, del santo, el pobre diablo… − Ahí es imposible no recordar un epígrafe en el [5]blog de Anuar Zúñiga “un muerto pobre es un pobre muerto, y cien son cien” −
…cementerios de frases y anécdotas
Que los perros retóricos escarban − entonces Paz ¿qué haces tú ahí? −
El animal que muere y que lo sabe,
Saber común, inútil, ruido obscuro… − ¿verdad que entra menos luz cuando se dice obscuro y no oscuro? Si una “b” cierra tan bien las ventanas no entiendo porque ahora nos han aclarado lo “noir” −
… de la piedra que cae, el son monótono
De huesos machacados en la riña
Y la boca de espuma del profeta
Y su grito del verdugo
Y el grito de la victima…
Son llamas
Los ojos y son llamas los que miran,
Llama lo oreja y el sonido llama…”
“los carajos, los ayes, los silencios
Del criminal, del santo, el pobre diablo… − Ahí es imposible no recordar un epígrafe en el [5]blog de Anuar Zúñiga “un muerto pobre es un pobre muerto, y cien son cien” −
…cementerios de frases y anécdotas
Que los perros retóricos escarban − entonces Paz ¿qué haces tú ahí? −
El animal que muere y que lo sabe,
Saber común, inútil, ruido obscuro… − ¿verdad que entra menos luz cuando se dice obscuro y no oscuro? Si una “b” cierra tan bien las ventanas no entiendo porque ahora nos han aclarado lo “noir” −
… de la piedra que cae, el son monótono
De huesos machacados en la riña
Y la boca de espuma del profeta
Y su grito del verdugo
Y el grito de la victima…
Son llamas
Los ojos y son llamas los que miran,
Llama lo oreja y el sonido llama…”
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Y de nuevo la eterna relación entre las artes, lo que los ojos ven y leen y lo que los oídos perciben; ni todo lo que se lee es literatura ni todo lo que se escucha es música pero de igual manera, ambos arden y queman. Cuándo se escucha la famosísima Oda a la alegría ¿Qué es lo que hace arder la sangre y agita el espíritu − ¡dios cuantos clichés¡ − la música o la letra? − ¡por favor! no hablo alemán −. Pero ¿es la voz? Si en otro hermoso lugar común como la 1812 de Tchaikovsky, en vez de hacer sonar la Marsellesa instrumentalmente, se cantara ¿tendría una respuesta estética diferente? Si el himno ruso final fuera sólo instrumental ¿tendría otro efecto? De hecho sólo he escuchado una versión cantada de dicho himno, pero por lo menos yo creo que no importa mucho, claro no soy rusa, pero tampoco creo que los rusos comunistas y excomunistas lo aprecien tanto actualmente, sin embargo, como el contrabajista de Zuskind puedo decir “esto es marginal”, a lo que iba es que lo que hace “cantar” a la memoria inventada o colectiva − del himno ruso en este caso y de la Oda a la alegría en el primero − es la melodía? ¿La melodía es la única relación real que existe y puede existir entre la música y la poesía?
Y de nuevo la eterna relación entre las artes, lo que los ojos ven y leen y lo que los oídos perciben; ni todo lo que se lee es literatura ni todo lo que se escucha es música pero de igual manera, ambos arden y queman. Cuándo se escucha la famosísima Oda a la alegría ¿Qué es lo que hace arder la sangre y agita el espíritu − ¡dios cuantos clichés¡ − la música o la letra? − ¡por favor! no hablo alemán −. Pero ¿es la voz? Si en otro hermoso lugar común como la 1812 de Tchaikovsky, en vez de hacer sonar la Marsellesa instrumentalmente, se cantara ¿tendría una respuesta estética diferente? Si el himno ruso final fuera sólo instrumental ¿tendría otro efecto? De hecho sólo he escuchado una versión cantada de dicho himno, pero por lo menos yo creo que no importa mucho, claro no soy rusa, pero tampoco creo que los rusos comunistas y excomunistas lo aprecien tanto actualmente, sin embargo, como el contrabajista de Zuskind puedo decir “esto es marginal”, a lo que iba es que lo que hace “cantar” a la memoria inventada o colectiva − del himno ruso en este caso y de la Oda a la alegría en el primero − es la melodía? ¿La melodía es la única relación real que existe y puede existir entre la música y la poesía?
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[1] Octavio Paz, El arco y la Lira, p. 13
[2] Emmanuel Kant, Critica del Juicio, “En la representación de lo sublime de la naturaleza, es espíritu se siente conmovido,… Esta emoción (principalmente al principio), es como un sacudimiento, en el cual nos sentimos alternativa y rápidamente atraídos y repelidos por el mismo objeto… por consiguiente, hay aquí una atracción precisamente igual a la repulsión que obra sobre la pura sensibilidad”
[3] Habacuc 3: 3b-5, y Salmo 29:3-4, 7.
[4] Octavio Paz, Piedra de Sol,
[5] Anuar Zúñiga. Crónicas de un escritor en vías de desarrollo
[1] Octavio Paz, El arco y la Lira, p. 13
[2] Emmanuel Kant, Critica del Juicio, “En la representación de lo sublime de la naturaleza, es espíritu se siente conmovido,… Esta emoción (principalmente al principio), es como un sacudimiento, en el cual nos sentimos alternativa y rápidamente atraídos y repelidos por el mismo objeto… por consiguiente, hay aquí una atracción precisamente igual a la repulsión que obra sobre la pura sensibilidad”
[3] Habacuc 3: 3b-5, y Salmo 29:3-4, 7.
[4] Octavio Paz, Piedra de Sol,
[5] Anuar Zúñiga. Crónicas de un escritor en vías de desarrollo
8 comentarios:
uy, está denso... en el mejor de los sentidos, pues. ¿Cómo va la onda, comentar el texto por su información, por su composición o por lo tercero que viene de ambos? La historia de la niña escuchando himnos con el padre está buena aunque después de haber leído el resto se siente convencional. Pero se agradece porque de lo contrario no se podría entrar a lo que sigue. Ni idea de qué himnos eran pero seguro formarían parte de esa burocracia religiosa que recicla las ideas espirituales fundadas en los originales, en este caso la Biblia. No me extraña que la Biblia fuera más sugerente, en tanto ahí está dicho por primera vez y con su fuerza espontánea lo que después reciclarían los himnos (por muy bellos que fueran). Pero después viene lo que más me gustó, cuando empiezas a escuchar Anagrama en el salón de conciertos, renuncias a la memoria para concentrarte en el mapa de lo estético y la misma escritura renuncia a la reflexión para volverse relación de sensaciones. Y ahí se pone todo delirante y a lo mejor por eso me chocó el "como decía antes", porque para qué decir que lo dijiste, por qué no dejas que las ideas reiterándose hagan variaciones (si todo el texto trata de palabras y música, obvio que en todo se remite a una o a otra y más cuando empiezas a discutirle a Paz). Me gusta que increpes al poeta porque debes estarlo haciendo desde una experiencia más musical que literaria, y me gusta que aclares lo obscuro de lo oscuro (siempre había usado el segundo por más moderno pero es cierto que si se trata de oscurecer, mejor obscurezcamos de a de veras). La pregunta sobre la melodía: supongo que todos tenemos derecho a reproducir nuestra música y si no tenemos todo el fenómeno musical en nuestros labios, se vale quedarse con su parte más verbal (la melodía) para silbarlo mientras se limpia la casa. El final del rollo sería que me ha parecido atractivo el texto, musical hablando de música y a su manera didáctico para quienes querríamos escuchar mejor. Me voy a comer, hasta la que sigue.
Tradicionalmente se cree que la unica relacion entre la musica y la poesia es la melodia. Actualmente, creo que en la poesia hay mas que musicalidad. Es acaso la estetica artistica (perdona la redundancia)puramente musical? y biseversa, la estetica musical en su arte, en estos tiempos no es una simple sonoridad, se preocupa ahora de los conceptos. El arte como medio comunicativo originalmente, sobreviene a la memoria y se convierte en expresion artistica. Se habla de sensibilidad creativa y sensibilidad receptiva, es en el momento que se conectan que el arte tiene posibilidad de trascender el estado de objeto, sea musica, obra pictorica, literaria, teatral, escultural...cual me falta?..y convertirse en expresion que perdura, capaz de seguir siendo expresiva atravez de los tiempos.
Te dire que mis inicios en la poesia auditiva tambien fueron los Salmos de la Biblia, pero no cantados, ni musicalizados, simplemente leidos. No es algo magico?.
Mujer, te dejo porque un chillido me llama.
Te quiero
LO MÍO ES MÁS SIMPLE: ES COLGARME DE UNA VIGA Y JUGAR A QUE LAS ESTRELLAS SABEN DE QUE SE TRATA TODO...
UN ABRAZO.
:) eee este sol negro será difícil de destrozar, jajaja... muchos saludos y perdón por desaparecer, he estado en la locura!!!
heeem... hola?
lei, pero no sé que decir por el momento jajaja, asi que paso a saludarte n_n
Que bueno. Llegué aqui por un comentario tuyo en lo de zuñiga y me dije: dios que largo, no voy a poder, entonces leí un poquito y me dije que habia que hacerlo con calma, asi que esperé a la tarde y me senté a leer tu post, y tengo que decirte que lo disfruté mucho asi que gracias. Es fantástico, que bien hice en esperar y leerlo todo concienczudamente. Por cierto leí hace poco un estudio cientifico sobre ciertas personas que tienen la facultad de oir con la vista. Cuando perciben algun objeto sobretodo en movimiento con la vista, tambien pueden oir sonidos que les indican que se mueven. Ellos no se dan cuenta de esto, creen que es lo normal lo descubrieron haciendo pruebas para otra cosa y se estima que el 1% de la población podia tener este tipo de sinestesia.
Se agradece, notablemente, ese desborde de sensaciones que, más que establecer descripciones, ofrecen ser un mapa de tu propia experiencia creando puentes entre ambas disciplinas.
...desde mi punto de vista, no existe "La Experiencia" sino las experiencias de acuerdo a circunstancias determinadas. Con esto quiero decir que, sin bien uno puede acceder a determinada obra de arte, como, digamos, una ópera sin saber italiano o alemán, o justo la Oda a la alegría, también sin saber alemán, podemos entender -de sentir- a dicha obra desde una dimensión de su lenguaje. Es decir, palabra y música, aunque en poesía relacionadas, ofrecen una experiencia misma en conjunto, pero también una experiencia diferente en sí desde sus propias trincheras.
El puente pues -no sé si expresado en esa melodía- está en que ambas artes apelan al mismo ser humano,con esa maraña de sentimientos que son susceptibles de ser exaltados si se "tocan" con suficiente maestría.
Al menos, eso pienso ahora.
Un abrazo Deb, en espera de la continuación, ya me dejaste con la espinita de investigar más cosas.
Estimado rufìan:
tienes razòn, no tenìa caso decir que ya lo habia dicho, porque me reticulè y rompi el ritmo. pero verdad que obscuro si es mas noir que oscuro? jejeje
lo de la melodìa mas que derecho es necesidad biologica, natural, estètica, anìmica, vital... no crees?
Parodoxìa, (nah que!)
Susana:
"Actualmente, creo que en la poesia hay mas que musicalidad."
Claro, solo que me atrincherè desde la unica trinchera que tengo mas cavadita... y si la Biblia canta mas leìda. te quiero!
Sarco Lange: simplemente un abrazo
the lines of my face: tu no te preocupes no mas no te desaparescas muchìsimo porque se te extraña.
lìa infinita: gracias por los saludos
alf:
que bueno que lo leìste todo, gracias, y que bueno sobre todo que te gustò, si la sinestecia es interesante, bienvenido, saludos
Samia:
Fijate que yo si creo en "la experiencia estètica" como algo ùnico aunque compartido, es tan ùnico pero tan compartido que es un lugar donde podemos tener comuniòn con todos los hombres y todos los tiempos...
Sobre la melodìa, la musica y la poesìa tienes la boca llena de razòn. un gran abrazo
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