II
Medirte las manos a cuentas de ilusiones
Quería amarte aunque se rompiera el cielo
Dame tres pasos para arrancarte del tapiz
Dame tres promesas para que se ría el diablo
Dame un sueño para contentar locos
Dame tu lengua para lamer el vacío
30 sep 2007
28 sep 2007
LOS CANTOS DE LA NIÑA LOCA
IAnsiedad de boca rota, de labios secos, de corazón tallado
de ausencia eterna, de lejanía dimensionada
de las noches sin sueño
de las carnes olvidadas
Frustración de espera que nunca llega
de olvidos más presentes
de lascivias no vividas
de muertes constantes
Dolor de esperanzas mudas
de caricias ciegas, de torturas dulces
Dejas de llegar y el llanto es la cama de tu cuerpo
la manta de los ojos, el color del firmamento
Llanto a boca cerrada de mil infiernos cantando
de ardor de llama que nutre el silencio
de manos que amordazan la muerte
Dejas de morir y no hay retorno…
20 sep 2007
Extrañarte es una forma de vivir.
Primer truco: dormir mucho
Dormir horas y horas a pesar del insomnio, entonces dormirás soñando, soñando en las noches con los ojos abiertos, recordando palabras, y con un celular al lado, no importa si suena o no. A la primera te sonará absurda la prescripción, pero a medida que lo hagas caerás en cuenta que en realidad la entrada de una llamada “real” no es importante, sino escuchar su voz…
Claro que no será el contacto con tus oídos estos de carne, esos de por sí ya no te sirven para nada, debes abrirte a lo extrasensorial: una comunicación más estrecha entre su ausencia y tus pensamientos; podrás saber entonces cuanta falta le haces desde su mundo, desde la vida de todos los días, de la vida debajo del sol: entre carros y la gente que se aprieta, desde el reloj y el sudor, desde la noche y la lluvia. Sabrás cuanto falta le hacen tu voz y tus manos, tus ojos y piel, y más que nada, tu calor…
Por lo tanto las recomendaciones anteriores no son suficiente, aunque si indispensables. Debes mantener también un poco abierta la puerta de tu casa, abrir un poco las cortinas para que la luz le guíe, dejar libre el pasillo de objetos que le hagan tropezar, y sobre todo la puerta de tu cuarto no la cierres, mantén toda la cama calientita con el pasear de tu cuerpo, y los brazos bien abiertos…
Recuerda, sí, recuerda. No dejes que se te olviden ninguna de las palabras de amor que has guardado, no permitas que se te borren las caricias, manténlas frescas, niégate a olvidar el sabor de sus besos; que la tierra seca o mojada, llena de piedras o sin ellas, el latón o madera, los gusanos y el tiempo, no te roben la memoria de su cuerpo, de su aliento, la electricidad en el cuello y la espalda, el cansancio más dulce que el reposo, la sed de más sed, el hambre de su sangre y de su vida…
Primer truco: duerme, sueña.