24 jun 2009


2a entrega


Sale de la bañera... el bote de basura está lleno de vello púbico. Va a la recamara y ahi está ella, tumbada en la cama con las piernas abiertas.

Le habla pero no responde, tiene los ojos muy abiertos, la palma de la mano le acaricia el clítoris
como sólo lo haría otro clítoris. Abraham la observa, la imagen es más bien salvaje, sin embargo su pene se yergue y sus testiculos se hinchan. La piel cobriza brilla por el sudor, el cabello le cubre una parte de la cara, está húmedo del esfuerzo, sus gemidos son casi imperceptibles, su boca se retuerce.

Él le dice algo al oído, le roza el brazo tímidamente, es mi mujer pero no lo parece, ella lo ignora, se retuerce lentamente y las sabanas van dejando una huella como de serpiente en la arena.

Ídolo.
Vudú
Posesa

La diosa no responde. Él comienza a besarle los pies, se detiene un tiempo en los tobillos, salta a la parte más suave del brazo izquierdo y siente como se le acelera la respiración a pesar de la indiferencia, regresa a las pantorrillas, a los muslos, al interior de los muslos que se tensan y le exita sobre manera escuchar el aumento en el volumen de los gemidos. De nuevo sube y va al pecho, lo lame, lo besa, mientras su pene le roza las piernas. Logra asir sus labios y se sorprende al sentir una lengua que lo esperaba, la locura terminó, pero su boca no se detiene, lo saca de su boca, le lame los ojos, le muerde la quijada, no aun no termina; él detiene su cabeza con ambas manos, le mira los ojos que siguen perdidos y abiertos, vuelve a besarla en la boca pero más que beso es forcejeo, hasta que por fin, ella, abajo de él, se relaja, pero no puede arrancarle la maldita mano del clítoris

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23 jun 2009

diPrometo seguir con el cuento en entregas pero antes tengo que decir varias cosas que nomás ya no puedo contener...


sobre el arte y la creación


"La composición implica un acto muy fuerte de voluntad, porque toda desición y responsabilidad es del compositor, por lo tanto es un acto de libertad... que a veces me causa una gran depresión post-parto" Ana Romano

Conocí a la muy honesta Ana Romano en un marco donde la "honestidad" creativa es muy fluctuante. Honestidad para dar una conferencia y no presentar el mismo refrito de más de diez años, honestidad para crear una clase con las suficientes ayudas audiovisuales a la mano, y un plan claro y preciso y no una improvisación triste de asuntos que aun no se han pensado lo suficiente. Honestidad para todo, hasta para decir que se hizo tal cosa porque simplemente se le pegó la gana al compositor y no por ponerse en un podium de super racionalidad y experiencia.

Últimamante varias de mis "vacas sagradas" en la música estan siendo sacrificadas, al menos en mi juicio interno. Es penoso escuchar lo que "crean", no importa si ahora lo hacen con electrónica, no es más que su misma obra, sus mismos timbres, su misma actitiud, una perfecta sordera. A veces hablar entre músicos se vuelve un verdadero y cómico dialogo de sordos, si asi de triste, patético e ironico.

Por eso escuchar a Ana Romano fue respirar algo de esperanza. No compone como nadie, por lo menos como nadie que conozco, y no es que su música me haya facinado, es que es coherente, su planteamiento estético en conferencia se escucha en sus piezas y eso en este mundo tan languseado de rollos es bastante. Me animó a lanzarme a nuevas depresiones post-parto no importando su dimensión.






"Kiss fue de los primeros grupos en varias cosas, en el maquillaje, en hacer un concierto sinfónico y en romper las guitarras, después de ellos se volvió moda, pero ellos lo impusierón" IAVO

Hace tiempo he estado pensando en la necesidad de que la "música culta" le "llegue" "toque" "afecte" tanto a los escuchas como lo haria una rola de rock.

He estado pensando en las dimensiones groseras de algunas piezas del repertorio contemporáneo, en las cuales cuando ya llevas media hora disfrutando (soportando) de "buena música ves el reloj y te das cuenta que apenas van cinco minutos; otras que a pesar de cuanto tiempo el interprete le haya puesto al estudio para montar la pieza al terminarla de tocar el público queda frío, aplaudiendo sólo por que parece que ya se acabó.

Claro que he escuchado algunas piezas de contemporáneo que te tienen al borde de la silla, o que te retan todos los tabués músicales, o que de verdad te prenden pero son excepciones.

No sé que onda con KISS pero me hizo pensar varias cosas el que vocalista decidiera romper la guitarra después de cada concierto; una entrega, una consagración a esos oyentes, tanto que no puede ni debe repetirse, "esta guitarra tocó para ustedes y ya no debe hacerlo para nadie más"; lo efímero en el arte, por lo menos en la música es casi siempre un postulado; pero quiza la entrega al componer debería ser tan de una sóla pieza que fuera como si nos rompieramos al crear algo de tal forma que no pudieramos escribir igual de nuevo, se acabó ese camino y es necesario armar otro, tan completo que pueda romperse al terminar de "parir" la obra.


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Estoy harta de los eslogan para las elecciones, pero sobre todo de este "ELIGE CREER"

Me parece una reverenda burla y me encantaría decirles a todos ustedes, por favor en estas elecciones:

ELIJAN DUDAR






10 jun 2009


INTENTEMOS HACER UN CUENTO EN ENTREGAS. AQUI LES VA LA PRIMERA PARTE, A VER QUE LES PARECE O QUE IDEAS LES SURGEN. CHAU


Abraham se despierta en un salto; el despertador del teléfono le está rompiendo los oídos. Siente todo el cuerpo adolorido, al estirarse los músculos le duelen como cuando el día anterior se hizo demasiado ejercicio. De prisa, muy de prisa porque ya se hace tarde, va al baño, se mira el rostro: en toda la superficie de las mejillas tiene líneas rojas, muy finas y muchas, como si alguien le hubiera dibujado un mapa fluvial en la cara. ¿Alguien? ¿quién?

Pensaba no bañarse, pero su cuerpo está sudado y huele mal, muy mal; su cabello está pegado, tanto que le recuerda el pelo engrasado de los perros callejeros; se desnuda con dificultad, es verdad, le duele todo el cuerpo, mucho; y ahora que está desnudo puede ver porque.

Lo que faltaba, por más que espera no sale agua caliente, y aunque es verano el agua cae helada, tan helada que como puño le golpea los moretones. Si, tiene moretones en los brazos, pecho, abdomen, piernas, y seguramente espalda. Cierra la llave y abre los ojos, el agua que se va por la coladera esta roja, muy roja, y por los hombros y los brazos le sigue escurriendo el rio rojo de la cabeza, pasa suavemente las yemas de los dedos por el cuero cabelludo, se revisa lentamente desde la nuca hasta la frente, de la derecha a la izquierda, de nuevo de la coronilla alrededor y no encuentra ninguna herida.

Abre de nuevo la llave para quitarse toda la sangre de la cabeza, y ahora sale hirviendo; grita y se da la vuelta, el chorro le causo un ardor terrible en la espalda, como puede se palpa y siente una larga grieta, una herida como de cuchillo corriendo desde el omoplato izquierdo hasta la cintura en diagonal. No sangra pero está abierta y arde.

Arde.

Arde.

Arde.

La cabeza intenta encontrar algún sentido pero todo está embotado, siente ardor, dolor, asombro; huele su propia carne como la de res en caldo, sus ojos tienen una pesadez excepcional, al abrirlos todo lo ve pixeleado y al cerrarlos siente que se volverá a dormir, escucha el caer del agua, el eco del baño, el retumbar de su respiración, sus latidos, tan fuerte que no puede concentrarse, no puede recordar. Cierra la llave de nuevo.

Se recarga en la pared del baño a pesar del ardor que le causa en la herida, el vapor es muy denso. El vapor es muy denso.

Recuerda que ayer hizo un calor horrible, que el día estuvo brumoso, que cuando llego a su casa toda la cocina estaba llena de vapor y Bárbara estaba tosiendo justo a la puerta de la cocina con un cuchillo en la mano. No sabe porque la imagen del cuchillo es tan clara, intenta recordar el rostro de Bárbara, su peinado, si lo abrazo al llegar o le dio un beso, pero el cuchillo se atraviesa de nuevo, pesado, largo, ancho y deslumbrante, como un espejo que recibe el sol a medio día. ¿qué hizo él, le quito el cuchillo, lo metió de nuevo en la caja de madera donde se guarda junto a los otros más pequeños, le dio un beso, la cargó? El cuchillo, el reluciente cuchillo, como pesaba, como brillaba a pesar del vapor y el fuerte olor a cocido…

Bárbara ¿dónde está Bárbara? ¿no se ha despertado ya? Escucha “dust in the wind”, Bárbara siempre pone música en las mañanas pero nunca en ingles, prefiere los ritmos latinosos, cachondos y alegres para empezar el día, pero no importa en unos minutos olerá a café y a pan tostado, a cigarrillo y fruta, a perfume y cigarrillo y café y fruta. Le gusta escuchar su música en las mañanas, le gusta el olor de la mañana.

Observa sus puños, amoratados, raspados. Sus uñas rotas como si hubiera escarbado. Nada tiene sentido. Ayer el llegó, y después de unos minutos pudo dispersar el vapor, Bárbara estaba sudando y tosiendo mucho pero se logró calmar al abrir todas las ventanas de la cocina, el caldo estaba desbordado de la olla, la carne y la verdura se veían realmente asquerosas y tuvieron que tirarse, la cocina apestaba. Nunca supo que pasó allí, Bárbara no podía hablar, la voz le temblaba y no dejaba de llorar. La metió a la bañera, eso puede recordarlo, la desnudo, sus besos y el agua tibia le hicieron mucho bien, aunque siguió llorando otro poco. Aun con el cabello empapado y el cuerpo temblando hicieron el amor muchas veces y mucho tiempo. Ella se quedó dormida, él tenía mucha hambre y se levantó para hacerse algo.

Sale de la bañera y vuelve a ver los araños en su cara, no se quitaron con el agua…