TRUCOS PARA NO ENLOQUECER
Tercer truco:
Pregunta hasta el hartazgo, escarba las razones hasta el hueso, pregunta, pregunta pregunta pregunta que la locura es quedarse con la espina en la conciencia...
¿Cómo se hace? ¿Cómo se arranca el deseo como gajo de naranja? ¿Cómo se aborta tanta ternura tan quirúrgicamente que ni quede cicatriz? ¿Cómo se dejan morir tantas ilusiones como moscas?
¿Cómo renunciarte? De verdad no es retórica ¿cómo le dice una a la sangre que no corra, que deje de regar el cuerpo, que deje de llegar al cerebro? ¿Cómo detener la cabeza que busca en todo intrincado laberinto una salida? ¿Cómo se le dice a la piel que se cierre, que no reconozca ni el calor, ni el dolor, ni el fuego?
Ay, pedirle a la muerte que te mueras no alcanza para perderte porque creo en el infierno. ¿Qué se le raspa a la vida para que deje de esperar?
Dan ganas de cortarse los dedos uno a uno para no detenerte de los cabellos, de tallar los labios contra pared hasta que todo lo rojo se vuelva de piedra y ya no tengas que besar, de exprimir los ojos para no verte ni cuando los cierro, de arrancarme todos los cabellos para no trenzarte, de cocinar el corazón para que si quieres lo mastiques…
Sino dime tú ¿cómo le hiciste? ¿Cómo pudiste confundirme con la licuadora y apagarme? ¿Cómo te bañaste mi cuerpo hasta no dejarte ni un poco de tierra? ¿Cómo cortaste los cables y dejé de ser eso que vibra, que corta, que muerde, que vive? ¿Cómo pase a ser un archivo traspapelado? ¿Cómo pudiste pactar con mi muerte y venderle tus manos para no tocarme, para no alcanzarme, para no ahorcarme tu mismo? ¿Cómo pudiste llevarme flores, cantos, olvidos y llantos? ¿Cómo pudiste dejarme caer en el polvo, dejarme caer, dejarme?
¿Cómo se hace? ¿Cómo hiciste? ¿Cómo haré?
¿Cómo renunciarte? De verdad no es retórica ¿cómo le dice una a la sangre que no corra, que deje de regar el cuerpo, que deje de llegar al cerebro? ¿Cómo detener la cabeza que busca en todo intrincado laberinto una salida? ¿Cómo se le dice a la piel que se cierre, que no reconozca ni el calor, ni el dolor, ni el fuego?
Ay, pedirle a la muerte que te mueras no alcanza para perderte porque creo en el infierno. ¿Qué se le raspa a la vida para que deje de esperar?
Dan ganas de cortarse los dedos uno a uno para no detenerte de los cabellos, de tallar los labios contra pared hasta que todo lo rojo se vuelva de piedra y ya no tengas que besar, de exprimir los ojos para no verte ni cuando los cierro, de arrancarme todos los cabellos para no trenzarte, de cocinar el corazón para que si quieres lo mastiques…
Sino dime tú ¿cómo le hiciste? ¿Cómo pudiste confundirme con la licuadora y apagarme? ¿Cómo te bañaste mi cuerpo hasta no dejarte ni un poco de tierra? ¿Cómo cortaste los cables y dejé de ser eso que vibra, que corta, que muerde, que vive? ¿Cómo pase a ser un archivo traspapelado? ¿Cómo pudiste pactar con mi muerte y venderle tus manos para no tocarme, para no alcanzarme, para no ahorcarme tu mismo? ¿Cómo pudiste llevarme flores, cantos, olvidos y llantos? ¿Cómo pudiste dejarme caer en el polvo, dejarme caer, dejarme?
¿Cómo se hace? ¿Cómo hiciste? ¿Cómo haré?
Pregunta más allá de la dignidad y de las respuestas. Pregunta.