7 mar 2014

Piernas y no alas

Hubo un chico al que le gustaban mis piernas.

Es memorable el dato porque mis piernas no son lindas. Yo apostaba por mi pecho o mi abultado derriere, pero no, a él le gustaron mis piernas.

Según él, lo primero que le gustó fue mi cara, pero bueno parece que a los hombres un rostro no les inspira lo suficiente para tomar cartas en la acción. Un día se me ocurrió llegar con un vestido largo, asimétrico, además de negra su tela era un poco transparente, y no, no traía fondo; entonces a contra luz, el pudo ver, de principio a fin, la longitud y delgadez de mis piernas. "Como hombre, ese fue el primer gran flash".

Como hombre. Es decir, la primera vez que me vio como hembra, y él se vio a mi mismo como macho, viéndome. ¿Que es el enamoramiento?

¿Una pulsión netamente reproductiva que no quiere engendrar?

Es curioso que explotemos una sexualidad de la que no estamos del todo consientes y sin embargo sepamos inequívocamente en que lugar vamos al manejarla. Saber que le estamos cortando la respiración y anegando la conciencia, que se le seca la boca y a la vez babea, que no deja de mirarnos y cuando lo hace no deja de vernos.

¿Qué es el enamoramiento? Jamás quiso decir que me amaba, que estaba enamorado de mi, lo sustituía con muchos "te quiero", los "te deseo" no eran necesarios. Sin embargo cada vez que me besaba cerraba los ojos y se perdía. En el metro, en la calle, en su cuarto, en el universo. Puedes sentir como una alma se para en tus labios, como está danzando entre tu lengua y de ahí salta hasta ahogarte. Puedes sentir un corazón haciendo malabares apoyándose en tus piernas que lo envuelven para no sucumbir del todo, para no sentir el golpe del vacío al caer.

Pero yo tome las alas, las piernas sólo eran prestadas.