13 ago 2008

ERRAR ENTRE LA MUSICA Y LA LITERATURA, 2a parte
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En Clone Cortazar intenta relacionar las 8 voces de la Ofrenda Musical de Bach, usando la historia de Gesualdo − príncipe compositor madrigalista, que asesinó a su esposa − como calco patrón creativo. El trata de seguir, relacionando personajes con instrumentos, el mismo entramado que creo Bach en su obra. A mi ver, hay dos cosas que lo invitan para usar una “estructura musical”; por un lado la historia de Gesualdo, tan literaria para ser músico, y por otro, la idea de que el entramado musical de relaciones es equivalente al de la creación literaria. Quizá − y no lo dudo por la enorme cultura general de Cortazar − sabe de lo que Bach y los demás barrocos llaman “retórica musical”, de las frases, de la tesis y la antítesis, y todos esos artilugios discursivos aplicados a la música. Pero ¿en realidad se logra una analogía auditiva o literaria entre Clone y la Ofrenda Musical ? ¿No es nada más un pretexto creativo, algo tan poco importante al lector en realidad, como los cuentos, formulas, palabras, ideas, que usamos los compositores para hacernos estructura al componer? Yo encuentro mucho más musical a Cortazar en sus poemas, o en sus novelas; por ejemplo, en 62/modelo para armar, − mi novela cortaziana favorita, dicho sea de paso − Cortazar nos muestra una ciudad que es todas y ninguna, nos hace salir de un cuarto para entrar a otro, con el mismo tapiz viejo, en donde los vampiros de otras épocas se personifican en una nueva vieja mujer, viajar por los tranvías que son siempre el mismo tranvía que nunca llega a ningún lado, por el que se pierde siempre a la mujer amada, al hombre jamás entendido; todos los personajes viajan de un tiempo a otro, de una ciudad a otra, de un recuerdo a una profecía sin detenerse, y sin embargo, marcando a su paso la arena del desierto de la soledad y la alienación; inclusive en el ludísmo de su discurso ¡tiene el descaro de hacer hablar a una hoja seca!.
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Si como dicen Deleuze y Guattari “[1]la música no ha dejado de introducir sus líneas de fuga, como otras tantas “multiplicidades de transformación”, incluso convirtiendo sus propios códigos los cuales la estructuren o la arborifiquen; es por esta razón por lo que la forma musical, hasta en sus rupturas y proliferaciones, es comparable a la mala hierba, un rizoma”; entonces si Deleuze y Guattari tienen razón, yo no tengo otra manera de percibir a 62/modelo para armar más que como música; no hay una secuencia lineal del tiempo, ni si quiera capítulos que corten el flujo; los personajes se encuentran por cartas, en metros, de cara en un tranvía, a través de una muñeca tótem, sin mediar una lógica temática; su código de mayor unión “el paredro” puede ser todos, cualquiera de ellos, o quizá ninguno; esta novela es una absoluta mala hierba, un perfecto rizoma. Si esto no es así, si 62/modelo para armar no es música entonces yo no he entendido nada ni sé nada. Y lo más probable es que así sea.
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¿Por qué necesitamos cantar? No sé si la primera manifestación paleomusical humana fue el canto, − quizá el ser humano antes percutió su cuerpo o brinco y primero fue el ritmo antes de la voz y hasta mucho después el verbo cantado −, lo que si sé es que a pesar de lo rudimentario que sea seguirlo haciendo, se encuentra cierta paz, desahogo, consuelo, grito de ira, saciedad catártica, en el canto. Como diría [2]Gadamer cuando habla del arte como fiesta, hay una necesidad de tener comunión con los otros, de que se detenga el tiempo, de que lo eterno nos unifique; y es cierto que el canto no es la única manera en que eso sucede, pero pocas cosas unen más a otro ser humano consigo mismo y con otros, que su voz elevada o susurrada haciéndose música con o sin letra.
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“los carajos, los ayes, los silencios”
“de la piedra que cae, el son monótono
De huesos machacados en la riña
Y la boca de espuma del profeta
Y su grito del verdugo
Y el grito de la victima…”
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¡Cuántas referencias musicales? Más bien… sónicas, pero yo sospecho que Paz está pensando en música. En el capitulo “el Ritmo” de su ensayo El arco y la lira usa y “abusa” − la verdad no, pero yo quiero exagerar − de analogías musicales ejemplo:
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[3]“Sentimos que las ideas riman. Entrevemos entonces que pensamientos y frases son también ritmos, llamadas, ecos. Pensar es dar la nota justa, vibrar a penas nos toca la onda luminosa… El dialogo es más que un acuerdo, un acorde… su afinación espiritual (del encantador) que le permite acordar su ritmo con el del cosmos.”
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¿Estas analogías son una manera forzada de respaldar la unidad del arte − teoría tan amada de Paz − o sí somos en el pensamiento y en las palabras un símil del las interacciones físicas que causan la música? ¿No es que nos reencontramos al escuchar música, al leer literatura, al contemplar un cuadro, al tener de frente lo poético, con nosotros como especie y como individuo, con límites tan trastocados que las analogías y el lenguaje ambiguo, no son sino la única, y la correcta manera de expresarnos? –Hemos llegado aquí a una planicie, hay tantos puntos que conectar que va ser difícil decidir, pero ¿tengo que hacerlo? −
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[1] Gillez Deleuze/Félix Guattari, Introducción al Rizoma. p. 27
[2] Hans Georg, Gadamer, La actualidad de lo bello.
[3] Octavio Paz, El arco y la lira, p. 52 y 53

10 comentarios:

Alf. dijo...

Ay Cortázar que lindo es.Pues mira no creo que haya que decidir. Aqui por ejemplo en tu blog he podido experimentar el placer de la música, la lectura y el conocimiento a la vez, voy a dejar esto abierto para que me acompañe un rato más la música de tus palabras. words, words, words.

Abraham Villegas dijo...

"¿No es que nos reencontramos al escuchar música, al leer literatura, al contemplar un cuadro, al tener de frente lo poético, con nosotros como especie y como individuo, con límites tan trastocados que las analogías y el lenguaje ambiguo, no son sino la única, y la correcta manera de expresarnos?"

No sé si sea la manera correcta. Probablemente, y dada nuestra naturaleza ambigua, sí la sea... aunque no creo que sea la única. Ciertamente aunque existan formas que no sean tan "correctas", pero a veces es necesario sacrificar correctez por entendimiento y practicidad. Un beso :).

Abraham Villegas dijo...

PD: se me olvidó :S... oye? ... IDEM!!! :P.

Óscar Varona dijo...

¡Qué lástima! Te faltan algunos escritores de gran talla: Beckett, Kafka, Burroughs, Kerouac, Baudelaire, Rimbaud, Celine, Gente... De todas formas, felicidades

BEATRIZ dijo...

No se como no coincidir, si Cortazar es un genio artistico, y tu toda una inteligencia musical.
Adelante con la musica y las palabras.
te quiero.

dèbora hadaza dijo...

alf

que chido que te guste oir mi blog, un abrazo y rebienvenido

isaac:

chin yo y mis impresiciones: por un lado si creo que hay otras maneras de expresarnos como seres humanos, la cientìfica, la religiosa, la filosòfica quizà la tecnològica, tal vez otras màs, y bueno yo estaba pensando netamente en el arte y que la ambiguedad era nuestro "lenguaje" comun; pero desde que me comentaste y lo he repensado creo que sì, que el arte es la correcta manera de expresar al ser humano, porque cualquiera de las otras maneras solo abarca un aspecto de èl; obviamente lo hacen de manera clara, especializada, mas concreta y màs pràctica como tu dices, pero aun asi continua siendo solo un aspecto, y sin embargo en el arte, en la obra de arte estan todos ellos, tienen que estar, por su puesto que de manera ambigua, inestable, trastocada e indefinible, exactamente como es el ser humano.

ahh se me olvidaba: IDEM... un beso

oscar: claro hombre, me falta medio panteòn, ni siquiera estan todos mis favoritos, igual lueguito los ponemos aunque mas que blog paresca galeria jaja

bienvenido!

Susana:yo tambien te quiero...

ante tan contundente comentario tuyo solo puedo contestar que te quiero jajaja

Anónimo dijo...

hadaza nos llenamos de coincidencias.
si no fueras partidaria de Layla, seriamos mas homogeneos aun.
un abrazo

Anónimo dijo...

por que ultimamente no te encuetro en msn?
=(

El Rufián Melancólico dijo...

Saludos Hadaza,
He leído y releído tu post y no le entro a comentarte porque me hago bolas, hablas de muchas cosas que de pronto se vuelven muy complicadas, ja. A ver, le intento:

-Yo sí creo que Cortázar siempre tiene intuiciones musicales en su forma de escribir. Ya te había comentado que el inicio de muchos de sus cuentos me suenan a afinaciones de instrumentos que hasta el quinto o sexto renglón van tomando consistencias. No me atrevería a pensar qué tan consciente estaría de eso (en este cuento sí debe haber mucha intención en emular a Bach), pero consciente o intuitivo, siempre lleva al lado de su redacción y de su presentación de las historias cierta cadencia que debe venirle sobre todo del jazz.

-De 62 Modelo para armar, la estaba leyendo hace siglos cuando alguien me la robó y no pude continuar. Pero las pocas páginas que recuerdo sí me recuerdan que dejaba argumentos o anécdotas en segundo plano, para irse por sensaciones y juegos espacio-temporales, que sí, tienen más de música que de anécdota.

Lo más sabroso-complicado de tu post viene después, cuando te preguntas: "¿... somos en el pensamiento y en las palabras un símil del las interacciones físicas que causan la música?"
Yo no sé si en el fondo, todo pensamiento sea musical, y su verbalización sea la "forma melódica" en la que lo acomodamos. Cuando pensamos en silogismos, en paradojas, en opuestos, en superlativos o en matices, estamos usando estructuras semejantes a frases musicales. Las muletillas de la lógica son como percusiones (si y solo si; luego entonces; pero; sin embargo), dicen que el castellano se compone de octosílabos (que nuestra forma "común" de hablar es en octosílabos): si estamos dando ideas cuando hablamos y si hablamos desde las ocho sílabas, debemos estar cantando al decir lo que pensamos (y eso haría tan valioso el aparente sonsonete monótono del rap o el hip hop). Obvio, de eso a la música o a la literatura hay un trecho más amplio, que debe tener que ver con la conciencia de sublimar los pensamientos y sus formas, a deslumbramientos estéticos que rebasan la mera comunicación. Y pues hay mucho más qué decir (faltaría la parte matemática, por ejemplo) pero entonces el comentario se alarga y se enreda y pierde cualquier pertinencia musical o mental.
Está bueno-denso tu post. Tardo en contestarte pero te estoy leyendo (y a veces minimizo y dejo el blog para oír música, ya me hice fan de Nancarrow, ja). Luego la seguimos.

Sybila dijo...

Vaya Deb!!! un gusto leerte, je, aunque me haya antrazado en la lectura =(

Yo tampoco sé si las primeras "manifestaciones" musicales hayan sido con la voz. Vaya, pero la tradición dice -je, la tradición judeo-cristiana, por lo menos- que "En el principio fue el verbo"... y si bien no es lo mismo la voz que la palabra o la letra, otras tradiciones también concuerdan con el "aliento" divino que da esa vitalidad.

Es muy curioso que separemos a priori la letra de la voz, el lenguaje del ritmo. Todo lenguaje tiene su ritmo -los griegos cantan al hablar, je, según lo oigo- y la literatura como manifestación del lenguje, lo tiene. Esto se ve más explicitamente, en la importancia del ritmo que se pone de manifiesto en el performance, al hablar-contar-recitar- un cuento o un poema. El ritmo es parte infalible, inevitable y cuidada en el momento de la ejecución. El ritmo -intuyo- sigue en la literatura 'escrita' con mecanimos distintos, como la tipografía, la cuenta de las sílabas y la sintaxis.

En la cuestión de estructura, vaya, intuyo también que es cuestión más compleja y es precisamente el punto que toca esta parte del ensayo... así que de este lado, me limito a aprender y aprehender lo que nos dices.

Abrazos Deb!!!!