10 ago 2007




LAS HORAS DEL DESHIELO


1:45 pm





Y bien, ya somos libres.

Es tan extraño el sentimiento de la “libertad”. Después de tantas despedidas y bienvenidas, finales y comienzos; por primera vez, hoy no estás en el lugar acostumbrado el otro día del adiós. No, no estás en el lugar de la cita implícitamente señalada, donde nos veíamos para consolarnos, mimarnos, e irremediablemente reconciliarnos. No estás en el lugar de la cuartada, del semiescondite que creaste para verte ofendido y para no mostrarte ansioso, donde después de oír lo muy ocupado que estás, comenzamos a consolarnos, mimarnos, besarnos. No estás tampoco en el bunker del enojo, de la ironía, del franco pleito, donde gritaríamos, lloraríamos, donde jugaríamos a odiarnos unos minutos antes de caer exhaustos en nuestros cuerpos irremediablemente amorosos. No, no estás.

Y es tan raro ver todos esos lugares vacíos; como una boca sin rostro, como un piano sin teclas; sentir esa mezcla de dolor y alivio, de descanso y muerte, de paz y rencor. No estás, no estamos armando el discurso tonto del otro día, lleno de excusas y evasivas, en esa cómica charla llena de negación y coquetería; no estamos jugando nerviosamente con nuestras manos, y nos ahorramos la confusa y amañada ceremonia de saludos. No, no estás.

Y esto es bueno, obviamente bueno, porque por fin maduramos, por fin aceptamos el trato final; no hay dudas, ni reclamos, ni explicaciones, y sobre todo, no hay esperanza. Y es perfecto porque la esperanza es la cosa mas estúpida que pudimos tener; esperanza es creer, creer que un moribundo no se está muriendo, que cada estertor es síntoma de mejoría, que la sangre que le escurre por la boca es la señal de que la vida ha llegado para no volver a irse, que en cualquier momento sacudirá las mantas y se levantará, dime, ¿realmente no es estúpida?

Pero tu y yo ya no tenemos esperanza, y de tanto llorar el muerto y resucitarlo ya se nos acabó la cara para vestirla de negro.

Muy bien, no estás, y yo no tengo mucho que hacer, y ya ningún quehacer tiene que ver contigo, y también eso es un alivio; así tendré que dedicarme solo a vivir mi vida, y no seguir en este desenfrenado y desgastante pelear diario por dos.




nota: la foto es reflection R Bob

3 comentarios:

Clarice Baricco dijo...

Usted está muy intensa, como toda artista.

Abrazos muchos.

Pierrot dijo...

Debora:
Es sabio descubrir que detrás de toda proclama de independencia hay un luto, un momento de vacío por el cual es necesario pasar. Ciertamente, cuando se mira hacia atras, hasta la libertad es una mujer de sal

dèbora hadaza dijo...

Clarice: Gracias por el abrazo


Pierre: "cuando se mira hacia atras, hasta la libertad es una mujer de sal" que frase!!!