
lo que dura un beso. Alberto García Alíx.
LA MUERTA CASADA
I
LA MUERTA CASADA
I
Cerré la puerta antes de salir. Apagué la lámpara de noche, te cubrí de nuevo.
Tanto tiempo buscando el departamento, y mucho más discutiendo por los muebles. Nunca habiamos discutido tanto.
Entonces para relajarnos volvimos a pelear, tú querías ir al cine y ver a tus superhéroes de la infancia y yo a una exposición de fotografía.
Terminé exigiéndote ir al cine y tú obligándome a entrar al museo.
¿El taxi se detuvo abruptamente?
Antes de entrar me compraste en la papelería de enfrente un café capuccino de maquinita y unos kleenex para limpiarme los mocos. Ya sabes que siempre que me enojo lloro, y siempre que lloro moqueo y siempre terminamos queriendo lo que no queríamos.
¿yo me atravecé sin mirar?
Revisamos cada sala con una atención de colecionistas. Fingida. Pero las fotos eran buenas, y tú me apretabas la mano cuando alguna te gustaba más.
¿tú no me detuviste como siempre?
Besabas mi cabello, apretabas mi cintura, terminamos cachondos y en el museo no había nadie.
¿cómo fué que el carro de atrás siguió avanzando a pesar de todo?
Corrí las cortinas y cerré la puerta.
Te dejo un beso para mañana.
Tanto tiempo buscando el departamento, y mucho más discutiendo por los muebles. Nunca habiamos discutido tanto.
Entonces para relajarnos volvimos a pelear, tú querías ir al cine y ver a tus superhéroes de la infancia y yo a una exposición de fotografía.
Terminé exigiéndote ir al cine y tú obligándome a entrar al museo.
¿El taxi se detuvo abruptamente?
Antes de entrar me compraste en la papelería de enfrente un café capuccino de maquinita y unos kleenex para limpiarme los mocos. Ya sabes que siempre que me enojo lloro, y siempre que lloro moqueo y siempre terminamos queriendo lo que no queríamos.
¿yo me atravecé sin mirar?
Revisamos cada sala con una atención de colecionistas. Fingida. Pero las fotos eran buenas, y tú me apretabas la mano cuando alguna te gustaba más.
¿tú no me detuviste como siempre?
Besabas mi cabello, apretabas mi cintura, terminamos cachondos y en el museo no había nadie.
¿cómo fué que el carro de atrás siguió avanzando a pesar de todo?
Corrí las cortinas y cerré la puerta.
Te dejo un beso para mañana.