25 ago 2007




5:32 pm




Cuando tengo, tienes, mi torzo entre tus piernas, y te recoges el pelo, y cierras los ojos, todo queda completamente claro; es sencillo leerte con la piel, ver con mi boca a travez de tus poros el abismo de bruma en que se volvió nuestro amor

Te veo infantil y frágil por un momento, sólo por un momento; un paréntesis de tiempo que te vuelve de hielo como estas esculturas transparentes y líquidas, nada queda oculto, y sin embargo todo es un misterio. Te ves hermoso. Quisiera ser una explosión volcánica para verte colapsando como un río interminable alrededor de mi. Pero alargo el tiempo, lo estiro hasta que reviente; de tanto tocarte se queman mis manos, se paralizan mis dedos, se congela mi sangre, hasta que el tiempo se rompe y vuelve a empezar

No te preocupes, lo denso de esta bruma no es forzosamente malo. De hecho es un milagro. La normalidad indica que solo dure unos cuantos minutos en estos climas cálidos; pero tú y yo ¿cuántos soles hemos visto nacer y morir sin podernos desvanecer?


Siento entonces mi cuerpo entre tus manos, apretándome, poniéndome límites ¿Quién más puede afirmarme? ¿Guardarme dentro de mi piel y hacerme saber que es lo que soy y hasta dónde llego? Me ves y rompes el vidrio, traspasas el tiempo y cuando menos siento ya estas en mí; eres cómo un gato astuto que siempre encuentra lugar junto al fuego

El peso de mi cuerpo te define y nos amplia; soy yo y tú al mismo tiempo, soy mi cuerpo y tus senos, soy tu espalda y mi pecho, soy las manos que recorren tu piel y tu boca que besa mi hombro, soy tu voz que gime y mi lengua que anuda, soy yo, soy tú, eres mía!


4 comentarios:

Anónimo dijo...

[...]


Me encanto


[...]

dèbora hadaza dijo...

Lia nena un abrazo!

Pierrot dijo...

Un cuadro en el que pareciera que los cuerpos adquieren una complicidad que va mas alla de sus propietarios. Y sin embargo, el giro final, esa idea que aparece con la "posesión" parece como intrusiva, justamente como si la emoción de los propietarios desencantara lo construido por los cuerpos. ¿Sera esto lo que pasa cuando estos ultimos hablan con las palabras de los primeros?

Saludos

Horacio Fioriello dijo...

pero tú y yo ¿cuántos soles hemos visto nacer y morir sin podernos desvanecer?

Estas lineas por si mismas ya valen el esfuerzo de haber escrito, encontrarlas es un regalo al lector

Gracias Deby