25 ago 2007


EL HOMBRE SIN ROSTRO VI



Todo lo que anhelo, proyecto, realizo, deja de tener valor una vez logrado...



Me he cansado en desear y soñar, hastiado estoy del desencanto, del sabor a papel de lo que otros llaman triunfo.



Todo es pequeño, todo es finito, todo es mejorable, todo es inconcluso, todo es un esfuerzo continuo para alcanzar viento, todo es aire entre los dedos. Toda obra concretada patenta mi mediocridad.



Sueño continuamente con atravezar un mar, ancho, furioso, oscuro; me fatigo, mis músculos arden de esfuerzo, mi rostro esta tenso para tocar orilla, y al despertar como al llegar, veo que era sólo un pequeño charco; toda mi lucha fue un rídiculo cansancio de torpe nadador de alberca.



Asco le tengo a los días, fastidio a las noches, horror en el alba, aburrimiento al ocaso. Cuando amance digo ¿quién me diera que fuese ya de noche?, y al acostarme ruego porque pronto llegue la mañana.



¿Para qué se le da vida a quién no sabe a donde ir? ¿Para que amontono visiones en mis ojos, deseos en mi pecho, esfuerzo en mis brazos, si todo ha de volverse polvo?



"Aborrecí por tanto la vida, por cuanto la obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa, porque cuanto todo es vanidad y aflicción de espiritú"



5:32 pm




Cuando tengo, tienes, mi torzo entre tus piernas, y te recoges el pelo, y cierras los ojos, todo queda completamente claro; es sencillo leerte con la piel, ver con mi boca a travez de tus poros el abismo de bruma en que se volvió nuestro amor

Te veo infantil y frágil por un momento, sólo por un momento; un paréntesis de tiempo que te vuelve de hielo como estas esculturas transparentes y líquidas, nada queda oculto, y sin embargo todo es un misterio. Te ves hermoso. Quisiera ser una explosión volcánica para verte colapsando como un río interminable alrededor de mi. Pero alargo el tiempo, lo estiro hasta que reviente; de tanto tocarte se queman mis manos, se paralizan mis dedos, se congela mi sangre, hasta que el tiempo se rompe y vuelve a empezar

No te preocupes, lo denso de esta bruma no es forzosamente malo. De hecho es un milagro. La normalidad indica que solo dure unos cuantos minutos en estos climas cálidos; pero tú y yo ¿cuántos soles hemos visto nacer y morir sin podernos desvanecer?


Siento entonces mi cuerpo entre tus manos, apretándome, poniéndome límites ¿Quién más puede afirmarme? ¿Guardarme dentro de mi piel y hacerme saber que es lo que soy y hasta dónde llego? Me ves y rompes el vidrio, traspasas el tiempo y cuando menos siento ya estas en mí; eres cómo un gato astuto que siempre encuentra lugar junto al fuego

El peso de mi cuerpo te define y nos amplia; soy yo y tú al mismo tiempo, soy mi cuerpo y tus senos, soy tu espalda y mi pecho, soy las manos que recorren tu piel y tu boca que besa mi hombro, soy tu voz que gime y mi lengua que anuda, soy yo, soy tú, eres mía!


16 ago 2007



4:15 pm





La voy guiando, la tomo de la mano, la siento dudar; pero no abre los ojos.

Todas las calles de todos los días, las mismas donde jugamos, hablamos, comemos, vivimos, hoy son tan diferentes. Ella hoy no ve. Renunció, por lo que dure el trayecto a abrir los ojos, a ser autosuficiente, a decidir el rumbo. Ella no ve, pero va feliz, sonríe, palpa, oye, olfatea y ya sabe en que esquina estamos ahora. Le tómo la cadera como un volante, la guío, la muevo, la siento.
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Allí hay un escalón, cuidado con el bordo, despacito que viene gente. Y ella, esta testaruda y rebelde gata, que nunca escucha consejos y se ríe de cualquier prevención, hoy es dócil, atenta y feliz.

Al oír el ruido de los carros, la gente, el aleteo de las palomas, me dice: "esta es la plaza de armas". Esta nerviosa, no suelta mi mano, la siente, la entiende, percibe hasta el más simple cambio de intención en los dedos, en la palma, en la piel; ella confía en mis manos, les creé.

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Este es un tonto juego de niños, un dulce juego de niños tontos. Tengo paz, lo disfruto, disfruto su cara de niña emocionada y frágil, el indefenso titubear de sus piernas, la ingenua mueca de su boca; mientras el aire le alborota el cabello y ella lo deja hacer, la veo tan pequeña, que da miedo que tropiece, que choque, que caiga. No, no puedo soltarla, yo también soy un niño, soy el hermano mayor, que cuida, que guía, que ama.



El olor a café es tan fuerte que su rostro se alegra aún más, y ¿cómo no besarla en esa boca de niña? la siento saltar sorprendida, no esperaba de pronto mi cara tan cerca; su risa nerviosa me hace reír, hasta ese beso frustrado es dulce; hoy soy un bobo, en esta tarde, cuando sólo somos dos fraternos amantes, estoy feliz y pleno, ella camina segura junto a mí.





15 ago 2007

3:11 pm




Hervir de celos y de frustracion.

Los celos son inmadures, falta de seguridad.

Sí, puede ser, o la muy madura seguridad de la fuga constante de confianza, los celos son el ácido que me come las entrañas, la piel que se me cae a pedazos cada vez que veo su rostro, la sed de matarte y que no sea en los brazos de ella.
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Los celos muestran debilidad, enfermedad de quien no sabe confiar.

Claro! Si la veo reír con todo el mundo, pláticar hasta el cansancio con uno de sus amiguitos, divertirse con ellos más que conmigo. ¿No pensará que pueden ser mejores amantes que yo? ¿No deseará despertar sonriéndo entre las sábanas con ellos y no con mi cara de palo? o para ser más claros ¿con él?

Frente a frente, tomando café es tan dificil hablar...

12 ago 2007

LAS HORAS DEL DESHIELO

2:44 pm





De seguro estás bien enojada. Lo siento no pude ir por tí. Sucede que al gobernador se le ocurrió dar conferencia de prensa INMINENTE por la matanza de los presos en el motín. Así que me mandaron a cubrirla, y aquí estoy. Ya sé que a ti te importa un bledo el gobernador y todos los presos del mundo, y que la presentación de tu obra es ahora lo MÁS importante, pero de algo hay que vivir. Sí también sé que tu trabajas duro, en la revista, en el teatro, pero no podemos conformarnos sólo con lo que tu ganas, si de por si ya debemos hasta la risa, te imaginas que pasaría si yo dejara mi “pasquín” como le dices tú?


Oye ¿me estás extrañando? Sí, obviamente ya vas llegando a tu clase de francés, y desde el camino acomodas tu boca, (cómicamente por cierto) para hacer nasales y guturales, para que por fin te salga la “u” francesa perfecta. De seguro en este justo momento estás llegando, tu estúpido maestro sonríe y finge no verte las piernas (porque ya sé que te llevaste minifalda solo de desquite porque no llegué ¿verdad?) Ya empiezas a sacar el libro, a revisar la ortografía, a corregir errores (¿se escribe así?) Pero dime en todo eso ¿me aparezco yo? ¿te sorprendes de repente, al morderte los labios, o mancharte la cara de tinta, pensando en mí?


Ahora siento que me haces falta. No es una necesidad asfixiante, destructiva e ipso-facto, pero mientras escucho al gober con su voz de ganso y veo a las viejas lentudas y feas que lo acompañan, siento como una sed venosa de efecto lento, casi imperceptible; como el sol en la espalda que primero es rico y después tienes que moverte porque ya te ardió, o de plano como el dobles de la pijama.


¿Tú creés? Aquí no hay ni una flaca que se parezca a ti, nadie habla como tú, ni hace tus gestos, quizá eso sea bueno; porque después de todo uno no puede vivir pegado a su mujer como antes lo hizo con su mamita, y eso no significa que no quiera estar contigo a todas horas, pero a veces pienso que eso es dañino y que tu y yo pasamos mucho tiempo juntos, y por eso te extraño tanto cuando casi no te veo, cuando como hoy no se nos cumplen los planes; a veces quisiera tener más libre mi espacio o que no todos los caminos llevaran a ti. Y ya se que eso suena feo y egoísta, pero no me gusta desearte tanto, ni amarte tanto.


Quizá esto también sea machismo, no lo sé. Sólo sé que si quiero crecer en lo que estoy haciendo, ser mejor periodista, ser mejor profesional, tengo que dejar de pensar en ti algunos momentos, porque sino el trabajo es una farsa donde no me puedo concentrar. ¡Ah pero ¿Qué carajos dice este hombre? Te juro que no le entiendo nada…




nota: la foto Lines por Edgar Guzmán

10 ago 2007




LAS HORAS DEL DESHIELO


1:45 pm





Y bien, ya somos libres.

Es tan extraño el sentimiento de la “libertad”. Después de tantas despedidas y bienvenidas, finales y comienzos; por primera vez, hoy no estás en el lugar acostumbrado el otro día del adiós. No, no estás en el lugar de la cita implícitamente señalada, donde nos veíamos para consolarnos, mimarnos, e irremediablemente reconciliarnos. No estás en el lugar de la cuartada, del semiescondite que creaste para verte ofendido y para no mostrarte ansioso, donde después de oír lo muy ocupado que estás, comenzamos a consolarnos, mimarnos, besarnos. No estás tampoco en el bunker del enojo, de la ironía, del franco pleito, donde gritaríamos, lloraríamos, donde jugaríamos a odiarnos unos minutos antes de caer exhaustos en nuestros cuerpos irremediablemente amorosos. No, no estás.

Y es tan raro ver todos esos lugares vacíos; como una boca sin rostro, como un piano sin teclas; sentir esa mezcla de dolor y alivio, de descanso y muerte, de paz y rencor. No estás, no estamos armando el discurso tonto del otro día, lleno de excusas y evasivas, en esa cómica charla llena de negación y coquetería; no estamos jugando nerviosamente con nuestras manos, y nos ahorramos la confusa y amañada ceremonia de saludos. No, no estás.

Y esto es bueno, obviamente bueno, porque por fin maduramos, por fin aceptamos el trato final; no hay dudas, ni reclamos, ni explicaciones, y sobre todo, no hay esperanza. Y es perfecto porque la esperanza es la cosa mas estúpida que pudimos tener; esperanza es creer, creer que un moribundo no se está muriendo, que cada estertor es síntoma de mejoría, que la sangre que le escurre por la boca es la señal de que la vida ha llegado para no volver a irse, que en cualquier momento sacudirá las mantas y se levantará, dime, ¿realmente no es estúpida?

Pero tu y yo ya no tenemos esperanza, y de tanto llorar el muerto y resucitarlo ya se nos acabó la cara para vestirla de negro.

Muy bien, no estás, y yo no tengo mucho que hacer, y ya ningún quehacer tiene que ver contigo, y también eso es un alivio; así tendré que dedicarme solo a vivir mi vida, y no seguir en este desenfrenado y desgastante pelear diario por dos.




nota: la foto es reflection R Bob

6 ago 2007


EL HOMBRE SIN ROSTRO V



Creo en dios y en la Santa Muerte, en el Buda que tiene las veladoras de San Martín de Porres y en el cuarzo bendito al que le rezo día tras día. Creo en el horoscopo díario y en el fen chui de mi INFONAVIT, en la virgencita que se apareció en el techo y en el niño Fidencio que le concedió a mi abuela un milagro.


Creo que si me rasco la cabeza tres veces despues del desayuno no me dejará el pesero, pero por si las moscas me encomiendo a la virgen de los sícarios. Creo en las mentiras piadosas y en la mórdida al de tránsito, en los discos pirata y en el santo estado del matrimonio.


Creo en los huevos de guajolota para librarme de las envidias, y en mi ojo de venado; creo que mi comadre se hecha con mi viejo, y que mi hija con el suyo; creo en televisa y tv azteca, creo en Laura de América y Cristina aunque haya salido del aire.


Creo que los gringos nos hacen los mandados y como dijo el presidente "asi nos levanten el muro más alto, lo vamos a brincar"; creo en el sueño americano y en Mcdonals, en Burger King y en Starbucks; creo en esa vida que no tengo pero con unos dolares y pollero puedo obtener.


Creo que si me le escondo a los aboneros puedo hacerle el fiestón de 15 años a mi niña, que con los ahorros del año puedo pagar la guarapeta, que empeñando todas las joyas de mi madre puedo pagar las carnitas y el vestido, que endeudándome con todo el mundo puedo reflejarme en mi hija y ser de nuevo una jovencita bella, pura, y casta. Creo que es pura y casta.


Creo, creo en todos los santos y yerbas, en todos las modas y programas de la tele, en todos mis antojos y vicios; creo, claro que creo, nadie puede decir que yo no tengo fe o no soy creyente, pero entonces dime ¿por qué tengo tanto miedo? ¿por qué soy tan desconfiada? ¿por qué me siento tan vacia?



5 ago 2007


El hombre sin rostro IV



-Ese prietito que´sta allí se llama "Tuto", bueno claro que no se llama así pero, ¿qué quieres? no puede decir Augusto, es hermano de ese otro "Macos"; a los dos les pusieron nombre los policías que los encontraron tirados en el basurero. ¿Tú crees? todavía el más chiquillo se despierta por las noches chillándole a la mamá, y no mas vieras que gritotes pega...


-A ese bizquito de allá le gusta que le digan Tomy, su verdadero nombre parece una grocería asi que mejor así lo dejamos; y esos dos diablos de ahí se dicen Polo y Jose, sabe Dios cual será su nombre real, nos llegaron aquí sin papeles por eso no podemos ni meterlos a la escuela, así que se la pasan nomas viendo a quien joroban.


-Esos dos de ahí que están lavando el patio son Expedíto y Roníspero, sí sí ya sé que esas caras de ángel no se merecen esos nombres, pero que quieres si la perra que los parió ni si quiera se tomó la molestia de verles la cara...