8 feb 2010

LO QUE LOS ADULTOS HACEN

Desde ayer estaba dandole vueltas a esto: Las cosas que ahora me hacen feliz.

El sabado me ví con mis amigas, en mi ciudad, en mi café favorito. Dos de nosotras ya estamos casadas, antes de que la soltera llegara hablamos de algunos pleitos vivídos con nuestros maridos, platica bastante extraña; las dos tenemos un record de relaciones pasadas donde no se podían hablar de pleitos o discusiones reales, sino más bien de una serie de situaciones absurdas, divertidas, pasionales, pero nunca "serias". Hablar de como nos ha transformado el matrimonio es bastante bizarro.

Cuando llego "la soltera", la mujer más extraña que he conocido, tal vez la más independiente y visionaria, toda la conversación cambió. Primero fue algo incomodo, una de "las casadas" está embarazada entonces tenemos que buscar cosas que ella pueda tomar y para "la soltera" es un poco molesto además de más caro. Pero el cariño, y la trayectoria juntas gana, después de un buen rato todo es perfecto, llega el esposo de una de nosotras pero llega en plan de amigo de toda la vida, y hablamos de proyectos, de la situación del país, de los salarios, de películas, de todas esas cosas absurdas y poco serias; y no importa que sean temas serios es la forma en que los hablamos, esa jocosidad de quien no tiene que pensar más que en si mismo, como antes.

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Ayer rumbo mi nueva ciudad, veía el horizonte, los montes enrojecidos y los campos ya en penumbra, en la pantalla del autobus pasaban "a él no le gustas tanto" y con un ojo al gato y otro al garabato recordaba los muchos ridículos que hice en mi vida de soltera y obviamente tenía una gran sonrisa en la cara, sin importar si era un mal o un buen recuerdo a la distancia todo es "agradable". En unas horas iba estar en los brazos de mi marido y ya sé que suena cursi, pero como me escribio otra amiga recíen casada "el matrimonio te da una paz que no encuentras en ninguna otra relación"; y esa paz es hermosa, amo este tiempo con él hombre que me cayó como rayo, que me cambió la vida y me obliga a replantearmela cada día. Y obviamente esto no está terminado, no es que haya encontrado el arcoiris al final de camino, es un rollo, más que un rollo es una serie de palabras que hoy no me quieren salir.

¿Ahora como termino? ¿y por qué tengo que terminar como si eso significara concluir?


1 comentario:

Horacio Fioriello dijo...

Dice Borges en " 1982": Hay un fin de la trama? ese fin no puede ser ético ya que la ética es una ilusión de los hombres, no de las inescrutables divinidades"

Tal vez tu amiga, La soltera, no sea menos útil para la trama que este comentario que también es parte del fin de la trama,o que el perfume que logres recordar de aquel encuentro vivaz entre señoras.
Abrazos sin fin, con todo respeto